La entrada anterior me hizo reflexionar sobre la cultura de "usar y tirar" en la que vivimos inmersos. Hay creado todo tipo de mecanismos para que reponer sea cada vez más sencillo y fácil. No es necesario pensar: usa, desecha y vuelve a adquirir. En esta inercia es impensable detenernos en proporcionar un valor. Pues que valor tiene algo tan fugaz, tan fácilmente reemplazable?
Me niego a tanto desprecio, me gusta percibir y disfrutar las cosas. Ante tanta sobre estimulación: menos cantidad y más intensidad.
No es cuestión volver a la época en que se guardaban incluso los dientes de leche o generar el síndrome de Diógenes, sino encontrar un equilibrio razonable
Estamos en total acuerdo Gema, me reconforta escuchar a una nueve generación que piensa así, me da esperanza. Efectivamente, hay que usar las cosas con prudencia y sentido común, estoy convencida de que podremos cambiar este absurdo sistema de usar y tirar sin ton ni son.
ResponderEliminar¡¡¡Ánimo!!!
Un saludo cariñoso,
Paloma
Pero como dicen.. el sentido común es el menos común de los sentidos! Aún así apoyo tu convencimiento.. y gracias porque a mi me reconfortan tus comentarios
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