Todavía recuerdo, aquella mañana de navidades.. en que mi amiga Amparo (suerte tengo en decir amiga)
se presentó en mi casa con una mesilla desnuda, tal como vino al mundo y me dijo "ya se que kiero que me regales por reyes" y no le tiré la mesilla a la cabeza por lo mucho la que la quiero..
El día que por fin la terminé y por finnn se la llevo, me entró un gran descanso, aunque he de decir también
que disfruté en su trasformación.
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